sábado, 23 de enero de 2010
ese brillo amarillo
En la película "La leyenda de la ciudad sin nombre", la ciudad, nacida al calor de miles de buscadores atraídos por el oro encontrado en minas cercanas, crece desordenadamente llenandose de salones y tugurios en los que el polvo del metal circula como moneda de pago. Dos avispados emprendedores (Lee Marvin y Clint Eastwood ) , observan como en las transacciones , parte del polvo cae al suelo (que es de tablas) y razonan que debajo de las tablas debe haber mucho oro. Para recolectarlo , hacen túneles por toda la ciudad, que conectan los diferentes bares , lo cual les facilita la cosecha sin permisos.
La recogida del metal perdido mientras se trabaja (merma) mediante un proceso de reciclaje de la basura (escobillas), sigue siendo en los talleres joyeros artesanos una importante fuente complementaria de ingresos. Para ello se habilitan filtros especiales en los desagües, se cepillan zapatos y manos, se lavan las prendas de ropa dentro del taller y se guarda toda la basura que se genera para proceder a su reciclaje de forma periódica en hornos especiales y con determinadas garantias. Y no es para menos. Cerca de un uno por ciento del total trabajado puede ir a la basura. Asi, un taller medio que trabaje 100 Kg al año, podría tirar 1 Kg de oro (35.000 US dolares) si no tomara estas precauciones.
Tradicionalmente, el 80 % de la producción anual de oro, se ha venido utilizando para joyería. El metal de joyeria se utiliza habitualmente en una aleación del 75% oro y el 25% restante plata y cobre. Es lo que se llama oro de 18 kilates y también oro de ley. La diferente proporción de cobre sobre la plata da lugar al oro rojo. Mientras que sustituyendo algo del cobre o la plata por platino o paladio, se obtendría el oro blanco. En todos los casos, la proporción de oro no debe variar: 75 %. Es posible comercializar aleaciones con menos proporción de oro, pero entonces no se puede llamar (en España) oro de ley. Una aleación muy utilizada, contiene solo el 58,33% de oro, conocida como oro de 14 Ktes y antiguamente oro alemán, por ser un tipo de aleación muy utilizada en dicho país. El oro de inversión, también llamado oro fino o de 24 kilates es practicamente 100 % oro (999,999 por mil), y es el que cotiza en los mercados internacionales. La cotizacion viene expresada en Dolares por onza troy. La onza equivale a 31,103476 grm. Una sencilla división, nos da el precio del gramo de oro fino.
El oro, por sus especiales características físicas, siempre ha ejercido una considerable atracción sobre los humanos. Desde la antiguedad se considera sinónimo de riqueza y ha sido la base de la mayoría de los sistemas monetarios creados para facilitar el trafico de mercancía. No es pues de extrañar que en periodos de desconfianza como los actuales, busquemos un refugio atávico en lo que "siempre" ha tenido valor. (aunque Lenin hubiera querido otra cosa).
En el largo plazo, la oferta y demanda de oro, salvo en periodos convulsos, ha permanecido muy estable. De ahí que su precio, corregido por inflación, también haya permanecido estable en los últimos 100 años. (el oro, a diferencia del petroleo, no se "gasta", y debido a su valor, se suele reciclar aunque sea en cantidades pequeñas). Por el lado de la demanda, tradicionalmente el 80 % iba a joyería, el 10 % a usos industriales y el otro 10 % a inversión. Pero en los últimos 5 años, la aparición de las ETF de oro en 2003 ha facilitado el acceso a oro como inversión, elevando su participación en la demanda a cerca del 20%.
Este cambio en la estructura de la demanda es todavía mas significativo porque representa un 60% de la demanda marginal, y por tanto es tremendamente importante en la fijación del precio.
La consecuencia es que el oro padecerá en el futuro una mayor volatilidad que históricamente.
En los últimos tiempos, el sentimiento negativo hacia el sistema financiero y la desconfianza monetaria, ha impulsado la inversión vía ETF que ya acumula 1780 TM de metal (un 6% de las reservas oficiales en manos de los estados). Un cambio en este sentimiento puede provocar fuertes desinversiones con extraordinarias rebajas en el precio: las peores burbujas se forman en activos no productivos (tulipanes, suelo urbanizable, etc).
Al final de la película "La leyenda de la ciudad sin nombre", el suelo se hunde, tragándose completamente a la ciudad. Los predicadores proclaman que es un castigo de Dios por los pecados. En realidad, es que se habían hecho demasiados túneles.
Giovanni Drogo
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